martes, 22 de septiembre de 2009


A las chicas se les enseñan muchas cosas mientras crecen. Si un niño te pega, le gustas. Nunca trates de acomodar tus mechones de cabello y un día conocerás a un maravilloso chico y tendrás tu propio final feliz. Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan nos implora a esperar por él, el acto sorpresa, la inesperada declaración de amor, la excepción a la regla. Pero algunas veces estamos tan enfocadas en encontrar el final feliz que no aprendemos a leer las señales. Cómo distinguir a los que nos quieres y a los que no, a los que se quedaran y los que se irán, Y tal vez un final feliz no incluye un chico, tal vez... eres tu, por ti misma, recogiendo los pedazos y empezando de nuevo, liberándote para algo mejor en el futuro. Quizás el final feliz es... solo... seguir avanzando. O quizás el final feliz es este: saber que a pesar de las llamadas que no te regresaron, los corazones rotos, los problemas y las señales confundidas, a través de todo el dolor y la vergüenza, nunca dejaste de tener esperanza.


(he's not that into you)

1 comentario:

  1. Una vez una princesa me conto que tal vez nosotras si teníamos nuestra propia historia de amor solo que cuando las historias se cuentan es a partir que las cosas suceden y se vuelven importantes para nosotras y le damos crédito.

    Creo que nosotras estamos en el proceso de búsqueda, como cuando escribes un guión y lo que haces es solo poner la parte donde los protagonistas antes de ser felices sufren en sus guerras, en sus peleas con extraterrestres, en sus pérdidas de trabajos o las miles de infidelidades. Solo que nosotras escribimos como pequeñas princesas en sus castillos inalcansables.

    Cuando somos tan mortales como las demás y no tenemos comprada ni la vida ni la felicidad.

    Hay que vivir y disfrutar lo que nos pasa.

    TQ

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